Este relato es el hermoso regalo que recibí de mi compañera de taller Mara Bergallo, gran escritora y valiosa persona. Recorrimos juntas el amplio camino de las letras, casi por dos años. Cuando leyó el texto la dedicatoria estaba al final, y fue entrañable para mí. Hoy no quería dejar de mencionar a Mara y a su exquisito decir. Compartirlo me resulta necesario. Gracias, Mara.
Paraíso de palabras
Para la que construye poesía a cada paso, regalándome el placer de leer sus textos y escucharlos de su propia voz. Gran escritora, valiente y genuina: Marta Ritondale, mi valiosa compañera.
Un limbo o borde, la afamada zona de confort, halla su cimiento en fantasías infantiles de desaparición y refugio. Ese limbo seduce, succiona, atrapa y nos condiciona. Un gran útero, de intenso magnetismo, del que logran sustraerse solo unos pocos.
A lo largo de mi existencia, me he cruzado con algunos de estos sujetos y, como si lo llevaran escrito en la frente, rápidamente los identifico. Son seres especiales, llenos de pasión y sensibilidad, con quienes es un verdadero placer compartir una charla o un proceso creativo. A su lado, pasan los minutos y las horas sin el menor registro subjetivo. Cuando tengo la dicha de disfrutarlos, sigo prendida y perdida en los laberintos de un paraíso, bien lejos del limbo, perdida en el goce de almas ensambladas, a cielo abierto. Continuar leyendo «Mara Bergallo»