Quédate con una pequeña chispa,
(…) mientras la tengas podrás volver a encender el fuego.
Charles Bukowski
A tu lado sobraba la luz. Cada instante tenía sabor a eternidad. Cada abrazo nos fundía, ya no más tú ni yo. Y quedábamos flotando en la etérea trampa del amor, en el espeso mar de la agonía. En un éxtasis de embrujo lamido poro a poro.
El fuego duró el tiempo en que creímos habitarnos. Después la calma. Esa que llegó cuando por primera vez nos advertimos diferentes. Sin embargo, al encontrar en vos una partícula de mí, seguí en la ronda del juego. Y jugué y seguí siendo. Me dejé la coraza. Respeté la tuya.
Nos permitimos el abrazo en la temporaria necesidad de completud. Y nos soltamos y seguimos siendo.
Marta